La isla de Fraser (K’gari en idioma
aborigen, cuyo significado es paraíso), ubicada frente a la costa este de
Australia, es la isla de arena más grande del mundo. Se trata de un lugar
impresionante, salpicado por densos bosques tropicales y una cantidad sorprendente
de lagos de agua dulce. Es el único lugar del mundo donde los bosques pluviales
crecen sobre las dunas de arena. Un lugar espectacular e increíblemente
seductor.
Lagos y lagunas de aguas traslúcidas surgen de
repente de entre las dunas de arena dorada como si se tratase de un espejismo
maravilloso, mostrando una fuerza natural sobrecogedora. De hecho, esta pequeña
porción de tierra australiana concentra más de la mitad de lagos dunares del
planeta. Podríamos seguir con las cifras, pero mejor pasamos a enumerar algunos
de los motivos para visitarla:
Lago McKenzie:
Se trata de uno de los
lagos más hermosos de Australia. Sorprende por la transparencia de sus aguas,
la blancura de su arena, compuesta por sílice puro, y su manto de vegetación.
Dicen de él que ningún fotógrafo ha sabido hacerle justicia.
Flora y fauna:
En la isla viven más de 200
especies de aves y unas 25 especies de mamíferos. Sus habitantes más famosos
son los dingos, los únicos que quedan de raza pura australiana.
Playa de las 75 millas:
Se trata de una
increíble lengua de arena dorada que se puede recorrer en 4x4, aunque no entera
porque hay dunas de arena demasiado altas y algunas calas naturales. En el
extremo sur de esta playa se encuentra Hook Point, el acceso natural a la isla
situado a menos de 500 metros del continente australiano. Algo negativo, también lo hay: no es recomendable nadar aquí porque hay corrientes muy traicioneras y
algún que otro tiburón, y no precisamente de sílice, ya me entendéis.
Fraser Island Great Walk:
Una de las
caminatas más famosas de Australia. El recorrido se realiza entre 6 y 8 días y
a lo largo de él hay unas ocho zonas de acampada. Lo más interesante es que
se trata de una ruta de paisajes muy cambiantes y variados.
El acceso a la isla se realiza en transbordador
desde Hervey Bay (el trayecto dura unos diez minutos), localidad situada a unas
tres horas en coche al norte de Brisbane.
El alojamiento recomendado en Fraser es el
“Kingfisher Bay Resort”, un bonito hotel ecológicamente sostenible,
perfectamente integrado en su entorno natural. Cuenta con 152 habitaciones y
109 apartamentos.
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