Cuando el viajero español piensa en el Monte Fuji
siempre le viene a la memoria Hakone, pequeña localidad tradicional que da
nombre a uno de los grandes parques nacionales del país, Hakone Monte Fuji.
No obstante, la mejor vista sobre esta montaña
sagrada, de poderosa influencia espiritual,
se obtiene desde la región de los Cinco Lagos y, en concreto, desde el
Lago Kawaguchi(ko). Este lugar se encuentra a unas dos horas y media en tren
desde Tokyo. Recorrido que transcurre entre hermosos paisajes del Japón más
rural y provinciano.
El hotel que recomendamos aquí es el Hoshinoya
Fuji, perteneciente a una de las cadenas más prestigiosas del país. Una
estancia de una o dos noches en este lugar es una experiencia única, que os
permitirá disfrutar de una de las vistas más extraordinarias del país.
Recordaré siempre nuestra llegada a este lugar: un
lluvioso día de un mes de abril, totalmente encapotado, que nos impedía
cualquier visión del mítico monte sagrado.
Aun así no perdimos la ilusión y esperamos con paciencia hasta que el
cielo se despejó. A pesar del frío, decidimos dormir en el balcón de nuestra
habitación. El suelo estaba completamente calefactado y nos cubrimos con la
manta que había situada sobre la mesa de la terraza, un kotatsu. El cielo comenzó a
despejarse de madrugada y fue entonces cuando apareció la impresionante silueta
del Monte Fuji. No recuerdo un amanecer más mágico y emocionante en toda mi
vida. Aquella mañana fría de abril nos regaló la estampa maravillosa de un
Monte Fuji recubierto de una fina capa de nieve, de una belleza indescriptible.
Esa mañana decidimos además hacer un poco de canoa
en el lago para contemplar más de cerca la montaña sagrada, y de regreso al
hotel nos sirvieron el desayuno en el mismo balcón donde habíamos pasado la
noche.
El hotel en sí es un establecimiento único, de
gran interés arquitectónico. Todas sus habitaciones tienen vistas al Monte Fuji
y una de las cosas que más nos sorprendió fue la austeridad en la decoración.
Digamos que una escala más arriba en el minimalismo japonés más radical. Su
objetivo por supuesto es no entorpecer
el highlight de estas habitaciones: las mejores vistas sobre el Monte Fuji de
todo Japón.